Las respuestas que busco hoy

En primer lugar, gracias, eres una amiga leal, se que te puse en una situación difícil y la verdad es que admiro como lo has hecho, hiciste lo que te pedí sin entrar a valorar más allá y además elegiste un texto que escribí hace un tiempo y que dice mucho de una etapa concreta de mi vida, la cual por h o por b me sigue persiguiendo. Pero no quiero esconder la cara, no puedo hacer lo mismo que otras personas hacen y no apruebo, este es mi blog y aquí es donde debo estar en primera persona, pero sigo contando contigo para que si llega algún día y no puedo, tu sigas subiendo todos esos “trocitos” de mi…La verdad es que están siendo días de cien mil cosas, de cien mil situaciones, algunas más que extrañas, surrealistas diría yo, son días de muchas decepciones, sobre todo aquellas que vienen de la gente, de la gente en la cual has creído en un momento de tu vida, pero creo que del tema de la decepción hablare otro día…

Ahora lo que me provoca es algo que me he estado planteando estos últimos días ¿Cuál es el número de segundos estipulados para comenzar a amar a una persona? Hoy busco esas respuestas. Estoy harta de escuchar lo que debería pensar, sentir o hacer... de lo que debería fiarme y de lo que no, de cuantas veces ha de latir mi corazón o cuando ha de dejar de latir….consejos llenos de tópicos que nunca llevan a ninguna parte. ¿Es más fácil ser feliz obedeciendo unas normas? ¿Existen unos patrones predeterminados para enamorarse? ¿Hay que medir los te quiero con cuentagotas? ¿Por qué está tan mal visto sentir? ¿Quién tiene la potestad sobre el amor?

Yo siempre he soñado con el típico flechazo de película... con corazoncitos flotando en el aire y sonrisas bobaliconas y así lo he vivido alguna vez. El amor tiene algo que lo vuelve irresistible, aunque últimamente me había vuelto bastante escéptica al respecto y pensaba que eso si era posible, solo ocurría una vez y no más, me equivoque, puede volver a ocurrir… No creo que una persona que haya estado enamorada de verdad pueda decir algo tan absurdo como que el amor tiene lógica. Porque no lo tiene, y sería absurdo buscársela, el amor no entiende de fechas, de lugares, de edades, de razas, de épocas, de circunstancias... el amor solo entiende de amor. En el amor solo cuentan los sentimientos, todo lo demás, sobra. Me sobra tu pasado y todo lo que viviste en él. Me sobra tu futuro y lo que será de ti entonces. Yo estoy aquí, en tu presente. Yo soy aquí, ahora, para ti. Y es ahora cuando estamos, cuando veo mis sentimientos nítidos como el cristal y no necesito explicaciones o coherencia para sentirte. No necesito más que tus ojos para saber que somos tan ciertos como una sonrisa, como esa sonrisa que tanto te encanta.

Todo lo demás, las palabras de otra gente, los comentarios, los cotilleos, los “sabios” consejos... todo lo demás no forma parte de nosotros. No viene escrito en nuestra historia. Y no necesito una promesa de amor eterno para saber que en este mismo instante te quiero. No necesito futuros para vivir mi presente. Porque tú has sido más felicidad en una semana de la que habría podido imaginar para mí. Porque, si vivo esto pensando en su final, me perderé el nudo. Aunque, a veces, es bonito tener esperanzas... y creer en algo, creer en alguien... y cerrar los ojos y dejarse caer sabiendo que te sostendrá entre sus brazos. Porque se puede confiar... se debe confiar. Porque decir “te quiero” NUNCA es un error. Porque a lo que más se le debe tener miedo en esta vida no es a un fracaso, sino a no volver a escuchar jamás como suena un TE QUIERO.

Para ti.... porque te quiero.