Sin pasarnos nada, nos paso de todo.
Nos pasó el tiempo, las ganas, las fuerzas, los momentos. Nos pasó el instante que duró aquel beso. Nos pasó la lluvia sobre los cristales, nos pasaron las mentiras, nos pasaron los silencios. Y también pasó, sobre nosotros, un bello recuerdo.
Nos pasó que no entendimos bien las reglas del juego. Nos pasó que lo forzamos hasta romperlo. Nos pasó que no supimos luego comprenderlo. Y allí se quedo, acabado, muerto. Tú y yo nos marchamos, por calles opuestas, lejos…aún más lejos. Nos pasó entonces la vergüenza, el miedo.
Y aunque ya no lloro, a veces recuerdo como eran las lágrimas en mis ojos secos. A veces me pasa que al mirar al cielo, regresan los días… más que mudos, sordos. Y pasa entonces que en mi mente pienso que, sin pasarnos nada, nos pasó de todo.
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